Este frío lunes de clase asistimos a tres exposiciones diferentes, las dos últimas, muy relacionadas, pero ya os lo comentaré más adelante.
La primera exposición trataba sobre los movimientos sociales enfocándolo al uso que hacen de las redes sociales. Los movimientos sociales se basan en la acción colectiva, sus objetivos:
- Comunicar y transmitir.
- Generar solidaridad.
- Convencer.
- Desafiar.
El uso de las redes sociales ha permitido a estos movimientos una comunicación más libre, más sana democráticamente hablando. Los usuarios sienten una mayor empatía al comunicarse mediante redes sociales y además se genera un filtro ideológico propio, todos conocemos los caminos ideológicos de nuestros contactos y sabemos a quién "seguir" y a quién no. Se habló de la "primavera árabe", centrada en el caso egipcio, aunque también se comentó el caso de los países de la Europa del este, con las "revoluciones de color".
La segunda y tercera exposición nos adentraban en el mundo del crimen organizado y en particular en el comercio de armas. Hablaré primero del crimen organizado, aunque fue la última exposición:
- El crimen organizado se ha facilitado con la globalización económica, son organizaciones muy estructuradas, es decir, están bien organizadas. Se centran sus actividades en el tráfico de personas, el tráfico de drogas, el tráfico ilegal de armas (de lo que hablará la segunda exposición) y el blanqueo de capital.
- El comercio de armas es un causante de la desestabilización de Estados. Hay varios factores que apoyan esta tesis: el aumento de Estados, el aumento de conflictos, el aumento de la tensión internacional, el aumento de los recursos financieros y por último la aceleración del progreso tecnológico.
La conclusión es que los efectos de la venta de armas en el desarrollo económico y la sostenibilidad de los Estados compradores son muy negativos: se recorta el gasto público en otras materias y provoca un gran impacto en el crecimiento económico de esos Estados.
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