09 enero 2012

...Hasta el año que viene...


...Hasta el año que viene...



Cumplí firmemente la promesa de no pisar el centro de Madrid en todas las navidades. Por motivos, causas y azares, que no vienen al caso. 

Por eso hoy me he ido a ver cómo madrugaba la Gran Vía. Con los adornos arrancados de los escaparates casi como si fuera un sacrilegio que quede por ahí algún espumillón que recuerde lo imbécil que fuiste corriendo de tienda en tienda y con los cartelones de las Rebajas colgando de los cristales, que te recuerdan lo imbécil que serás corriendo otra vez de tienda en tienda.

Las viejas con abrigos de piel a la puerta de La tienda, la gente corriendo a sus trabajos y los camiones descargando kilos y kilos de ropa. Y casi absolutamente nadie en la calle. Un ajetreo silencioso. Un árbol -o algo así- que quedaba ridículo entre los escaparates que ya no se acuerdan de lo que celebraban hace dos días. Y lo que a muchos puede parecer deprimente, a mi, sin un duro, y escuchando Cindy Lauper con un solo auricular porque se me han roto los que tenía, me ha parecido una gran victoria.


Ésta vez te he ganado, Navidad.

No hay comentarios: