12 diciembre 2011

EL "PRODUCTO" ANTI-CRISIS

El 20-N, España eligió al "producto" de la solución. No hicieron falta muchos maquillajes comunicativos para que el resultado fuera la mayoría absoluta del PP. La situación política española estaba muy por encima de todas las técnicas de la mercadología política. El mejor relato construido era el que cada ciudadano poseía en su hogar. Los eslóganes de aquéllos que estaban en el poder perdían toda la credibilidad, por ello su tarea fue la de desenmascarar al adversario. Ese enemigo político no tenía que realizar una gran estrategia para ganar, las grandes cifras habían conformado su mejor relato. Por mucho que Rubalcaba intentara desvelar sus verdaderas intenciones programáticas, Rajoy lo tenía todo ganado.

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que ese argumento de los socialistas tampoco era una buena estrategia a seguir. En primer lugar, Mª Dolores de Cospedal había hecho explícito un programa detallado con medidas restrictivas antes de las elecciones; en segundo lugar, CIU, que ya había puesto en marcha en Cataluña un programa bastante austero, ha mantenido el apoyo de los ciudadanos. Por tanto, el relato de la "austeridad" no era tan oculto y, en cierta manera, era lo que pedían los ciudadanos ante la percepción de éstos del despilfarro realizado por el Gobierno de Zapatero. El discurso que sí estaba bien construido era el del mal uso de los fondos públicos mientras que el de la austeridad, por mucho que Rubalcaba intentara desvelarlo, era el último recurso estratégico a seguir.

A pesar de todo, Rajoy se ha erigido como el político de las soluciones. Sin duda, compartirá y seguirá con gran agrado las directrices de Merkozy, reducirá el déficit con sus medidas de austeridad, lo que no queda tan claro son sus proyectos a la hora de crear empleo e incentivar la economía. Puede que su victoria se encuentre un poco envenenada, pues las ilusiones perdidas muchos españoles residen en su persona. Sin embargo, la salida de la crisis y, especialmente la creación de empleo, son promesas muy fáciles de hacer en una situacios de crisis como la actual pero muy difíciles de llevar a cabo. Si existiera la revocación del mandato, no sería tan fácil hablar por hablar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué más da quien gane de los dos, necesitamos una cabeza de turco para echarle la culpa cuando España se termine de ir a la mierda.