03 octubre 2011

...En época de cambios...


Habiendo empezado nuestro segundo curso en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, es inevitable echar la vista atrás, y ver lo que ha cambiado nuestra vida en este año. Un año repleto de experiencias, buenas o malas, pero experiencias al fin y al cabo, que nos hacen crecer como personas y conocernos cada día un poco más. 

Puesto que me considero una persona positiva hasta cierto límite, lo primero que pienso es en las cosas buenas. Por ejemplo, que sólo llevo tres días en mi nueva clase y ya conozco a nuevos compañeros/as, al igual que ocurrió por estas fechas en el año 2010, cuando llegué a la facultad. Nuevos estudios, nuevas personas, nuevos lugares..."renovarse o morir", o eso dicen. En cualquier caso, aunque socializarse no sea lo principal en una facultad, sí que es algo muy importante a la hora de trabajar en grupo, perder el miedo escénico y conocer otros puntos de vista, máxime cuando se está estudiando Sociología, el estudio de la sociedad.

Me encanta esa sensación de motivación que se respira en el aula cuando el profesor que está impartiendo una materia transmite la vocación con la que lo hace y, sobre todo, que nos dé la oportunidad de transmitir nuestros pareceres. El contacto con las ideas de otras personas me parece fundamental en nuestro aprendizaje. De la misma forma apoyamos los trabajos en grupo.

Siento que la facultad me ha ayudado a tomar mis propias decisiones, a madurar, a sentirme un poco más libre, más responsable. En este año he viajado mucho, por lo que también he empezado a apreciar el arte, la cultura, la lengua y la tradición de otras partes del continente europeo. Qué fundamental es ver mundo...

Pero no todo puede ser bueno en esta vida, eso es algo que hemos comprendido todos. Y la facultad, no iba a ser menos. Al igual que hay profesores que se deben a sus alumnos, apoyan métodos más didácticos y se muestran receptivos y cercanos, hay otros que son todo lo contrario. Alto índice de suspensos en la clase, desmotivación por parte de los alumnos a la hora de la asistencia, profesores que no se presentan al examen fijado por la propia facultad sin dar explicación alguna de su ausencia... además, parece que el examen es la forma de evaluar más popular. Uno puede haber hecho un cuatrimestre brillante, pero tener un mal día y suspender ese examen final. En tal caso, de nada vale tu esfuerzo cuatrimestral.

Sin embargo, los culpables de este malestar no son sólo los profesores. Hay quien no sabe respetar, y por tanto, no puede esperar del resto respeto. Me estoy refiriendo a aquellos/as que no saben comportarse en una conversación, ya que no les importa cortar la palabra a un compañero/a para elevar su tono y así tratar de imponer su argumento sobre el de la otra persona. Por desgracia, en la mayoría de estos casos, la tensión es notoria y se suele recurrir al insulto fácil, bien por aquel que corta la palabra, o bien por aquel al que le han cortado, ante la impotencia de no poder expresar su idea. En ese momento se acaba el debate.Otras veces, ocurre que la persona a la que hablas no sabe aceptar las críticas, y convierte tu disconformidad hacia un tema en un ataque hacia su persona.


Por suerte, todo tiene solución excepto la muerte, y una solución a esta situación puede ser la de elegir a un representante del grupo para que este pueda transmitir las quejas o mejoras en nombre de todos sus compañeros/as. La democracia empieza por utilizarla en tu día a día, y no sólo en el sistema político. Otra solución es mentalizar a los estudiantes de lo importante que son las tutorías, y más en estos casos. Se debería acudir a más tutorías para exponerles a los profesores en cuestión nuestras preferencias a la hora de evaluarnos, así como la metodología que preferimos que empleen en las clases (respetando, siempre, la libertad de cátedra del profesor y transmitiéndoles esto como una preferencia personal, no como una exigencia). Todo esto permitirá que la relación con los profesores sea más estrecha.

El gran problema de nuestra falta de educación, es la mala influencia que nos dan los medios de comunicación, cuando emiten debates en televisión, por ejemplo, y tú aprecias cómo no son capaces de que se respete un turno de palabra sin que alguien corte a la persona. No obstante, no debemos caer en eso y debemos respetar a los compañeros/as, así como ordenar nuestras ideas y no dejarnos influir por nadie. Por último, no debemos mostrar ningún tipo de prejuicio hacia ninguna asignatura ni ningún profesor, sino guiarnos únicamente por lo que crees tú, y no por lo que te cuentan.

Pese a todos los problemas, tanto personales como académicos, que he padecido este año, sin duda me quedo con lo bueno vivido y lo que queda con vivir.

Publicado por Cristina Jiménez Hernando

No hay comentarios: