06 octubre 2011

Sólo nos falta volar


La educación constituye la base sobre la que se asienta el progreso de la humanidad. En tiempos pasados, la capacidad de alfabetización estaba destinada a las elites de la sociedad. Con el avance de los siglos y el desarrollo de los olas democratizadoras se consiguió que esta educación fuera accesible y obligatoria para la totalidad de la población. La educación pública es uno de los grandes logros conseguidos por la historia y también uno de los flancos más accesible para atacar. En un momento de crisis económica mundial, en el que Europa ha decidido adoptar la senda de la austeridad, los recortes en lo público, concretamente en el aprendizaje de las generaciones más jóvenes, que son los pilares de nuestro futuro, constituyen la principal carencia y obstáculo para la salida de la crisis.

En España los continuos cambios que se han sucedido en la educación pública han contribuido a su debilitamiento y a que la educación privada, especialmente, en colegios y cada vez más en universidades, se erija como la alternativa para conseguir un buen nivel educativo. Desde mi punto de vista se ha optado sin fisuras por la accesibilidad universal  de alfabetizar a todos los alumnos relegando y olvidando el nivel que se imparte en estos centros. Universalidad de estudios no significa reducción del nivel de estudios, hecho que se ha logrado conseguir. Este salto atrás, donde se ve con claridad en los alumnos de la LOGSE, se sigue arrastrando durante toda la vida académica.

En mi experiencia académica que se ha basado en la asistencia a colegio concertado, instituto y universidad pública he notado y sigo notando ese retraso educativo derivado de nuestros cambiantes planes de estudio. Durante mi vida estudiantil lo que más he valorado y ha dejado huella en mi memoria son esos profesores que debido a su profesionalidad, oratoria, entusiasmo, interés y empatía conseguían que contara las horas para que llegara el momento de su clase. Evidentemente, el aprendizaje de lo nuevo, lo oculto, lo desconocido es la mejor experiencia que se deriva de la vida estudiantil, pero para que este proceso de continuo conocimiento-descubrimiento de contenidos sea interesante la pieza clave es ese profesor que no siempre aparece capaz de cargar con las ilusiones de los alumnos.

La parte negativa de este proceso, más allá del bajo nivel comentado existente en nuestra educación pública, son esos profesores que dan clases meramente como una forma de ganarse la vida y que olvidan todo lo demás. Que en muchas ocasiones se valen de las nuevas tecnologías, concretamente el power-point, para suplir su falta de preparación y profesionalidad y no lo utilizan como soporte complementario como debería usarse en realidad. En lo que se refiere a metodología no defiendo exclusivamente ni la opción por los exámenes ni la opción por los trabajos, el planteamiento de estas dos opciones varían en gran medida según cada profesor. Lo ideal es encontrar el término medio y saber plantear con coherencia ambas alternativas. Ningún concepto es la verdadera solución, su puesta en práctica determina la viabilidad de dicho mecanismo.
En lo que concierne a la universidad, aparte del desinterés de determinados profesores, lo que más hecho en falta en su vinculación con la actualidad. Los conceptos teóricos dejan de ser válidos en la mente de los alumnos si estos no se conciben en la vida real. 

La educación es el futuro de nuestro mundo, sin ella el camino deja de tener rumbo. La educación debería servir para poder mejorar y afirmar que "Otro mundo es posible" no para perpetuar sus vicios y defectos. La educación es el camino a seguir no a destruir. Si la educación nos hace libre, sólo nos hace falta volar.

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