22 octubre 2011

...¿Movimiento emocional?...


Hoy hace una semana desde que ciudadanos de todo el mundo nos manifestábamos en distintas ciudades para demostrar nuestra indignación, y que es posible que el mundo se una por una misma causa. 

Centrándome en la manifestación de Madrid, en la que yo estuve, he de decir que, en cuanto a asistencia, no hay más que alabar la movilización de los madrileños/as. Pero esperaba más. Cuando digo más es que, llegados a esta situación, fueron pocos los gritos, la rabia...la puesta en escena en general. He visto manifestaciones de 200 personas que gritaban más que el aproximadamente medio millón que se dice que acudió. A pesar del hecho de ocupar un hotel, falto un poco de "garra". Pero bueno, eso es algo que ya hablamos en clase y no tenemos por qué remover más el asunto. 

Mientras en Cibeles, Sol, Gran Vía y demás puntos céntricos de Madrid, en un hotel de Atocha se hospedaba Zygmunt Bauman, filósofo y sociólo polaco al que tuvimos el honor de escuchar el año pasado en nuestra facultad (pese a que sólo unos pocos tuvieron el privilegio de tener traducción simultánea). Bauman es famoso por explotar lo "líquido" (el amor líquido, el miedo líquido, el tiempo líquido, el arte líquido...). No conforme con ello, acaba de publicar un ensayo titulado "44 cartas desde el mundo líquido". El caso es que Bauman ha hablado del movimiento 15-M y de los indignados/as, los cuáles, piensa que se sienten iguales frente al individualismo actual. Dice que el 15-M es un movimiento que hace bien, pero que es "emocional", y la emoción es apta para destruir, pero no para construir nada. Todos/as los indignados rechazan lo mismo pero, ¿Qué es lo que piden? Ese es el problema, que si les preguntáramos a cien manifestantes del sábado, cada uno pediría algo distinto (esta no es mi opinión, me remito a lo que declaró Bauman en la entrevista a "El País"). 

En resumen que, para variar, el movimiento 15-M es emocional, y la emoción es "líquida". 
Espero, no por desacreditar al premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2010 pero, por el bien común, el movimiento 15-M debe resistir, seguir una línea ascendente y mantenerse en el tiempo. Hacer historia es relativamente fácil, que se siga hablando de esto con los años es más complicado, y eso es a lo que debemos aspirar, por nosotros/as, por los que están en camino. 

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