El pasado lunes 17 de octubre, tuvimos la oportunidad de asistir a un interesante debate, gracias a la noticia de un compañero, sobre el abandono del Euro y la salida de la Unión Europea.Pues bien, por todos es sabido que la salida de la moneda comunitaria llevaría a cualquier Estado a un periodo de crisis muy superior al actual, un periodo de sangre, sudor y lágrimas. Por otro lado, la salida de Europa solo nos llevaría a encerrarnos más en nosotros mismos.
Pero no es al abandono de Europa a donde quiero llevar mi reflexión, sino a cómo debe seguir la construcción del modelo europeo, y creo poder afirmar que dicha construcción no puede seguir careciendo del respaldo ciudadano. Es de imperiosa necesidad que se pregunte al pueblo cada vez que se producen avances hacia la hacia la integración política, no se pude consentir que esos avances se den solo cuando a los gobiernos y a los parlamentos les interesa. Se está hablando de la cesión de soberanía del pueblo sin contar con el pueblo, esto suena más bien a despotismo ilustrado.
¿Por qué en la actual sociedad en la que vivimos hay tanto miedo a preguntar al pueblo? Señores, el pueblo no es un grupo de iletrados, el pueblo está formado y sabe que es lo que debe elegir y lo que quiere elegir. Si llegado el momento el pueblo dice no al cesión de soberanía, pues es que no, y si decide dar un sí, pues adelante con la integración.
Sobre si la integración en la Unión europea es acertada o no, yo, sinceramente no sé qué comentar, pues tengo puntos de vista que se contradicen. Por un lado, daría un si rotundo a la integración, pero por otro, no se hasta qué punto estoy dispuesto a pasar a ser simplemente un ciudadano europeo, a abandonar los “sentimientos nacionales” si es que alguna vez los tuve.
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