18 noviembre 2011

122 años de República en Brasil

Por cumplirse hoy el aniversario de la República Brasileña me gustaría hacer mención a uno de los más importantes movimientos cinematográficos surgidos en el continente latinoamericano,el cinema novo y a su película más polémica, Rio cuarenta grados.

 
El cinema novo fue parte de una renovación cultural y estética continental. El compromiso de los cineastas con el cambio social era expresado en artículos y manifiestos que constituyen de por sí un campo de investigación. El directo Glauber Rocha fue el brasileño que produjo los textos más complejos y profundos, como “la estética del hambre”(1995). Contra la censura y el apoyo a un cine de imitación neocolonial que  imponía la dictadura, este proponía una estética violenta, que ponía en pantalla la violencia de los oprimidos y que atacaba la pasividad y el conformismo del espectador, violando los modos de representación a los que el cine hegemónico lo había acostumbrado. La miseria cinematográfica era la antítesis a la armonía y la belleza del cine burgués que el régimen militar prefería, siendo precisamente el compromiso social quien fundamentaba el éxito del cinema novo en el mundo.

Las películas del cinema novo expresaron la identificación con lo nacional y popular, pero sus formas y contenidos reflejaban la visión de la clase media intelectual que aspiraba a aliarse con las masas. La insistente puesta en escena de temas y personajes populares, con su música, rituales y festividades, crearon una ilusión de “lo popular” mientras que los cineastas negociaban permanentemente su propia identidad y las imágenes que producían con el poder político y social y con la cultura cinematográfica universal. En las películas sobresalía el accionar del individuo, pero faltaba la visión de las masas organizadas políticamente en lucha por conseguir sus objetivos. Era una imagen acorde con el populismo paternalista brasileño, que expresaba los intereses de las elites y dejaba fuera de pantallas la movilización popular.

EN 1955 se vislumbró el cine político en brasil con Río, cuarenta grados intentando encarar la vida cotidiana de los oprimidos, fotografiando en sitios reales, con luz natural. El film fue ocultado por el miedo a un “engaño comunista”. La campaña pública que se desató solicitando la liberación del film, desnudó las limitaciones de la democracia brasileña bajo la presidencia de Café Filho, reemplazante de Vargas tras su suicidio.

La movilización de intelectuales, artistas y políticos en pro de la película, combinada con la inquietud general ante la posibilidad de que el ejército impidiera el traspaso de la presidencia a Joscelino Kubitchek y Joao Goulart, no tenía precedentes en el país. Finalmente la película salió a exhibición en marzo de 1956 atrayendo audiencias masivas.

Río, cuarenta grados es un punto de referencia indispensable para comprender el desarrollo del cine político brasileño.
 

 Escrito por estaciudadesdementira

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una curiosa entrada, la verdad es que es algo que no tenía ni idea desde mi más humilde ignorancia. Gracias.