03 noviembre 2011

...Feliz Jalogüin...

Muchos/as os habeis apuntado a disfrazaros el día 31 (o antes, si total...) de diablos y diablesas, esqueletos, zombies vivientes, niñas del exorcista, Álex de la naranja mecánica (tremenda película, pero no le veo el terror), muerte mexicana (no he pasado más miedo en mi vida)...vamos, que cualquier excusa es buena para disfrazarse. Probablemente llegue yo el día 15 de noviembre a clase disfrazada y me tomen por loca, pero es así como yo veo Halloween. 

Halloween en una fiesta estadounidense, hortera donde las halla, en la cual los niños PEQUEÑOS van por las casas pidiendo caramelos. Me hace gracia las llamadas preocupantes de atención de la población todos los 31, porque hay crisis para la educación, la sanidad, la comida...pero un disfraz de Halloween cuánto cuesta? 30€? Mas la sangre de mentira, las diademas de cuchillos atravesándote la cabeza, las pinturas de cara... no sé, curiosa forma de preservar la economía familiar. Volviendo al tema de llamar la atención, siento decepcionaros, pero anoche a la que miraban era a mí, por ser la única persona medianamente inteligente que no necesita ponerse una careta para robarle la cultura y la tradición a los yanquis, cuando nuestras fiestas populares son mucho más bonitas, históricas y relevantes. 


Tenemos las navidades, con nuestro roscón y nuestros Reyes (nada de Papá Noel),  nuestros Carnavales, que es una fiesta mucho más arraigada en el Estado español que la fiesta absurda de los muertos vivientes; las fallas de Valencia, que a mí particularmente no me gustan mucho por eso de los petardos, pero no están mal; la Semana Santa para los religiosos por lo que ello representa y para los que no lo somos por lo cultural; la feria de Abril, una de las fiestas que más turistas atraen; la noche de San Juan, bonita donde las halla...

Si hablamos de Madrid, nuestra gran ciudad, podemos encontrar el 2 de mayo, y así conocer un poco la historia de España, San Isidro (seguro que nadie de los que íbais de zombis os vestís el día 15 de chulapos) y, para los vecinos de Arganzuela, está la Melonera, fiestas populares celebradas desde el siglo XVII. Si a eso le sumamos todas las fiestas de los barrios y santos como la Almudena, podemos ir tirando, ¿no?

Por ello, no veo necesidad alguna de recurrir a una tradición tan hortera y simple como Halloween. Porque otra cosa no, pero tradición y cultura nos sobra, y esa es la mayor riqueza de esta tierra. 

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