20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada

Recuerdo el día en el que en clase se nos repartió una hoja en la que aparecían varios libros de interés los cuales debíamos elegir alguno que nos llamara la atención para leerlo y realizar un comentario sobre el mismo. Mi sorpresa fue cuando reconocí uno que me llamó la atención, no solamente por ser un libro sobre poemas si no porque recuerdo haber realizado algunos análisis exhaustivos de sus versos en 2º de bachillerato, hace ya casi una década de eso, con una profesora que tenía un aprecio especial a Neruda, además resulta interesante que se nos recomiende la lectura de un libro sobre al amor.

Así que tras adquirirlo me puse a leerlo detenidamente, disfrutando de cada verso, sobre todo de aquellos que recordaba cuando los analizaba en su momento, como la frase de “Me gustas cuando callas porque estás como ausente”, la cual me sentí sumamente identificado, hay ocasiones en las que de verdad se puede disfrutar del silencio, sobre todo cuando puedes contemplar delante de ti a la persona que de verdad amas y hay veces que ni siquiera hace falta hablar, aunque reconozco que la comunicación es importante.

Tras la lectura detenida varios aspectos me llamaron la atención, primero que los poemas versan sobre el amor, pero no de una manera sutil, si no abierta, en el que no se busca esconder el dolor, no todo es alegría, dulzura etc.. si no que en determinadas circunstancias aparecen otros elementos pocas veces tocados como el abandono, el recuerdo, la pérdida.

Otro es sobre las frutas, mediante las cuales establece unas prodigiosas comparaciones con otros elementos, lo podemos ver por ejemplo con el verso “Mientras el viento triste galopa matando mariposas yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela”.

Y por último otro elemento que se puede observar constantemente es la referencia al mar, en un aspecto amplio, no solo las olas, el viento, la lluvia, si no los muelles y todo lo que rodea el mundo marinero.

Sin embargo de todos los poemas leídos, me quedo con uno, el cual fue leído en clase y que nada más ojearlo lo recordé:

“ Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,

te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

Mi cuerpo de labriego salvaje te socava

y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.”

Una manera sumamente original para describir la anatomía de la mujer, su función reproductora y el vínculo inseparable de la tierra como base donde surge todo.

Al final resulta una lástima que el libro sea tan breve, resulta interesante leer en verso, de hecho hay novelas o escritos en prosa que tras leerlos es cierto que aportan, pero un poema breve, de pocos versos, incluso hay ocasiones que perduran más en el tiempo y hacen que obtengas más riqueza. El problema quizá sea que actualmente no hay poetas.