17 noviembre 2011

Fotografía y realidad social

Fotografía y realidad social


Qué es importante en el mundo y qué no, no lo fija la gran mayoría de acuerdo a sus reales necesidades. Lo establecen poderes que toman las decisiones en nombre de todos. Aquella fórmula marxista de “la ideología dominante de una época es la ideología de la clase dominante” es inobjetable: pensamos lo que esos grandes poderes quieren que pensemos.
  Esto lo podemos ver en innumerables órdenes de cosas, pero con los medios masivos de comunicación es donde se hace más descarnadamente evidente. ¿Quién decide ahí las prioridades? Pensamos lo que nos dan ya digerido a través de los medios. Cada vez más nuestra fuente de información y garantía de verdad en el mundo es una pantalla de televisión. Lo “importante” lo deciden los “importantes”. Y qué es importante y qué no, está en función de las agendas de esos poderosos.
Los países “poco importantes” son noticias en los noticieros sólo cuando se trata de catástrofes naturales, golpes de Estado, guerras o hechos sangrientos. De alguna manera, siempre están ligados a la noción de escándalo, de tragi-comedia. ¿Qué otra cosa podría esperarse de un “país bananero atrasado” desde esa lógica de dominación?
La fotografía que he escogido podría ser de muchos sitios, seguramente alguien piense en Somalia por ser un caso reciente, hay quien pueda pensar en Haití, o Sudán, o Níger. La fotografía es de un campamento en Uganda y si no fuese por el color de piel del niño, podría ser de muchos otros sitios como, por ejemplo, Guatemala. La he escogido porque ya ha pasado el "show somalí" de los medios de comunicación y ya casi nadie se acuerda de ellos, igual que ha pasado con Haití o con los terremotos en Chile o Turquía o con tantos otros casos que ocupan las primeras páginas de los periódicos durante unos pocos días y no se vuelve a hablar más de ellos hasta que sucede otra catástrofe.
No debemos olvidar que 925 millones de personas sufren desnutrición en el mundo y que como recuerda  Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, "en el mundo hay comida suficiente para terminar con el hambre". El problema surge cuando la población no tiene recursos para acceder a esos alimentos debido, principalmente, al aumento de los precios causado por la especulación financiera que se hace con las materias primas.

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