Éste es probablemente el mejor soneto escrito en lengua castellana, no sólo por su riqueza literaria y figurativa, sino también por el mensaje que encierra. El amor como tal no puede morir, pervive en aquellos que nos aman, y concede un orden simbólico al mundo que se rige inexorablemente por las leyes de la naturaleza. Éste el el soneto de la rebeldía, del amor, y de la vida perpetua. No necesita mayor presentación.
"Amor constante más allá de la muerte"
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)
1 comentario:
No estoy de acuerdo. Las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre son increíbles. Nunca un poema me emocionó tanto. Leyéndolos sintonizas tanto que es como si fuera mi padre quien muriera
http://www.poesi.as/index1.htm
¿Y Miguel Hernández? POETA, con mayúsculas.
Me tiraste un limón, y tan amargo
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.
Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió una mordedura
de una punta de seno duro y largo.
Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,
se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.
Entre los Latinoamericanos, sin duda, me quedo con Bennedetti.
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